✍️ Copia en tu cuaderno y responde:
Ves una noticia en Instagram.
Escuchas un rumor en el recreo.
Lees un artículo en Internet.
👉 Pregunta: ¿Puedes creértelo todo sin comprobar? ¿Qué harías para saber si es verdad?
Los historiadores hacen lo mismo que tú cuando dudas de una noticia.
Necesitan fuentes directas (lo que pasó de verdad: fotos, objetos, testimonios).
Y también fuentes indirectas (lo que otros cuentan después: libros, documentales, noticias).
Clasifica estas situaciones (escribe si son fuente directa o indirecta y si son fiables o no):
Un vídeo grabado en directo en TikTok de una manifestación.
Una noticia en un periódico digital sobre esa manifestación.
El comentario de un amigo que “se lo han contado”.
Una foto antigua de tus abuelos.
Un documental en Netflix sobre Roma.
✍️ Escribe en tu cuaderno:
¿Qué tienen en común un historiador y un buen periodista?
¿Qué pasaría si creyéramos todo lo que vemos en redes sin comprobarlo?
¿Por qué es importante para tu vida aprender a distinguir fuentes?
Vídeo en directo en TikTok → Fuente directa. Puede ser fiable, pero depende de si está manipulado o recortado.
Noticia digital → Fuente indirecta. Puede ser fiable, pero depende del periódico y del periodista.
Comentario de un amigo → Fuente indirecta. Poco fiable, es un rumor sin pruebas.
Foto antigua de tus abuelos → Fuente directa. Muy fiable como documento personal.
Documental en Netflix sobre Roma → Fuente indirecta. Puede ser útil, pero mezcla información con interpretación.
“Un historiador y un buen periodista se parecen: los dos necesitan comprobar las fuentes para no contar mentiras. En nuestro día a día, las redes sociales y las noticias funcionan como fuentes: algunas son directas y otras indirectas. Si creemos todo sin comprobar, corremos el riesgo de dejarnos engañar. Aprender a distinguir fuentes es importante no solo para aprobar Historia, sino para tomar buenas decisiones, pensar por nosotros mismos y no dejarnos manipular.”